miércoles, 4 de diciembre de 2013

Córdoba como una representación del país


Los recientes y lamentables hechos en Córdoba son un fiel reflejo del país. Cada imagen es una postal de esta realidad en que vivimos.

_Una situación social acuciante. Aumento de la desigualdad y la pobreza. Bajos sueldos y malas condiciones de trabajo, no solo para los policías. Si los saqueos estuvieron armadas eso no quita que haya esa desigualdad después de todo por algo consiguieron tanta gente que se prenda a eso.

_Vecinos que deciden armarse y hacer justicia por mano propia. Sin un Estado los vecinos deciden tomar las riendas. Claro que no se trata de ningún comunismo o autogestión, sino de una guerra de pobres contra pobres: Los que salen a saquear contra los que defienden sus pertenencias.

_Una policía corrupta y narcotraficante que fue denunciada en las últimas semanas. ¿Será mucha casualidad? Es también una policía que es utilizada como mano de obra barata para el poder político. Lejos de convertirse en una vocación ser policía se convierte en un laburito con sueldo fijo. Y esa falta de vocación deriva en la corrupción y los negociados.

_Una enorme interna por parte de un gobernador no alineado que busca ser presidente y un gobierno nacional que busca sofocar a los que no están bajo su mando (¿a alguien le asombra que los escándalos narco sean en Santa Fe y Córdoba?). En el medio los ciudadanos. Nuevamente se confunde al Estado con el partido y lo que debería ser el trato entre un Gobierno Nacional y un Gobierno Provincial en una simple interna de un partido político. Como dije en una entrada anterior, en ese sentido el PJ se acerca a los regímenes totalitarios.

_Pero en el fondo ambos gobiernos responden a los mismos intereses. Hace apenas unos días patotas de la UOCRA, el sindicato K del ex-agente del batallón 601 Gerardo Martínez, "colaboró" con los intereses de Monsanto y por extensión del gobierno cordobés en Malvinas Argentinas, desalojando violentamente a ambientalistas que protestaban contra esa multinacional criminal y perversa, la cual es también defendida por el Gobierno Nacional.

Entonces, en resumen, vemos una interna política. En el medio idiotas útiles y víctimas. Y por encima de todo eso un esquema macabro de desigualdad, clientelismo, corrupción y falta de legitimidad. No es Córdoba. Es todo el país.

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