lunes, 18 de noviembre de 2013

Cambios de nombres, no de modelo


Si algo caracteriza al kirchnerismo en todos estos años es su vocación de meter cambios para que nada cambie. Cambiar nombres de funcionarios o proponer leyes nuevas pero que en el fondo profundizan lo hasta ahora encarado. Es su manera de renacer de las cenizas como un ave Fénix.

En este caso, tras el mes y pico de reposo presidencial, Cristina vuelve con un video mostrándonos su perrito y su pingüinito de peluche, mientras que al mismo tiempo manda a anunciar cambios en el gabinete. Los cambios evidencian ciertamente la voluntad del kirchnerismo. El menos relevante de todos políticamente hablando es el de Carlos Casamiquela, nuevo Ministro de Agricultura, en reemplazo del ¿narcotraficante? Yahuar. Pero los otros cambios si marcan tendencia.

En la jefatura de Gabinete se va Abal Medina y viene Jorge Capitanich. El Coqui, ex-Jefe de Gabinete de Duhalde, Gobernador de una de las provincias más pobres y perseguidor serial de campesinos y pueblos originarios. Es decir, el peronismo conservador y feudal, ahora lidera el Gabinete. Por cierto con miras al 2015.

En Economía Kicillof deja de ser el Viceministro para ser finalmente a Ministro, en tanto al saliente "me quiero ir" Lorenzino lo mandan a seguir negociando la deuda. Mientras tanto, el flamante Ministro, camporista y responsable de una desastrosa administración en Aerolíneas, llega con su gran propuesta: El desdoblamiento cambiario, que no es otra cosa que blanquear la situación de devaluación, inflación y especulación en la que nos encontramos inmersos.

Y por otro lado al BCRA va Juan Carlos Fábrega un banquero conocido de los Kirchner desde Santa Cruz. Tiene en su haber buenas acciones como haber intercedido en favor del matrimonio cuando Oyarbide los investigaba por enriquecimiento y decidió sobreseerlos (Fábrega fue recompensado meses después siendo nombrado al frente del Banco Nación), y más recientemente, el banco que dirigía le otorgó un préstamo millonario a la empresa de Lázaro Báez.

En resumen, el PJ reaccionario, la continuidad de los desastres económicos y el amiguismo. El kirchnerismo en su máxima expresión.

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