martes, 8 de octubre de 2013

A esto hemos llegado

Este año venía muy bien para el kirchnerismo: Reforma judicial fallida, acuerdo de precios que no se cumplió, blanqueo de capitales, dólar blue, cedines, Chevron, Milani, reapertura del canje de deuda, falta de reservas y, a la postre, derrota electoral.

Lo más interesante es que esas medidas, además de debilitar al Gobierno, también muestran sin ninguna duda la matriz anti-Patria y anti-popular del kirchnerismo. Ya no hay maquillaje que valga, el kirchnerismo sin duda alguna representa el subdesarrollo y la dependencia.

El punto fuerte de este Gobierno siempre fue el personalismo. La carismática lider, la jefa, la Presidenta. Ella era la única que mantenía el orden. Pero si con ella lúcida y sana las divisiones comenzaban a arreciar, con ella enferma e internada todo puede derivar en el derrumbe político de este movimiento.

Y mientras la jefa no está constitucionalmente debe asumir el vicepresidente. Y ese es Amado Boudou, por lejos uno de los políticos con peor imagen pública, sino la peor. Un ex-UCEDE egresado del CEMA que vive en Puerto Madero, con nexos con empresarios sospechosos como Alejandro Vandenbroele y José María Núñez Carmona. Lleva también denuncias judiciales a cuestas por la ex-Ciccone Calcográfica (un caso de corrupción que gracias a la estatización quedó encubierto), enriquecimiento ilícito (un clásico en el kirchnerismo) y tráfico de influencias e incumplimiento de deberes de funcionario público en el canje de deuda del 2010 (por lejos uno de los mayores saqueos de la historia reciente).

Detrás del DJ, guitarrista y motoquero están los operadores, los verdaderos monjes negros del kirchnerismo, a saber Zannini, Icazuriaga y Máximo Kirchner.

En resumen lo que tenemos hoy es una líder absoluta y personalista que debe dar un paso al costado temporariamente. En su lugar está un títere muy impopular que oculta a sus operadores. Y a la par de todo esto las internas dentro del kirchnerismo que cada día vienen más feroces y que, con estos sucesos, seguramente se vean agravadas.

La década ganada provocó un grave daño en las instituciones democráticas y republicanas. Se tradujo en el poder absoluto por parte de una persona que concentra odios brutales y amores fanáticos por igual. Y cuando ella no está es todo especulación, internas, divisiones y operaciones turbias. A esto hemos llegado.

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