domingo, 6 de octubre de 2013

Un comentario sobre las pasteras


¿Qué podemos decir sobre el conflicto siempre latente entre Argentina y Uruguay por las pasteras de UPM (ex-Botnia)?

Desde el comienzo del conflicto cuando gobernaban Tabaré y Kirchner quedaba en claro que ambos presidentes utilizaban la causa para su propósito. Ambos utilizaban las banderas del patriotismo simplista para sus propósitos, sumándole, del lado argentino, una causa ecológica, y del lado uruguayo, la lucha de un país débil contra un país fuerte. Ambos presidentes aumentaron su imagen positiva al son del conflicto.

En el año 2010 el Tribunal de La Haya determinó que Uruguay había incumplido el deber de consultar a la Comisión Administradora del Río Uruguay (nacida a partir del Tratado del Río de la Plata), pero también determinó que la pastera no contaminaba (cosa que contradice diversos informes y el testimonio de muchos vecinos de la zona).

Del lado uruguayo ¿qué necesidad había de provocar aumentando la producción sin consulta previa? ¿otra vez tendrán pensado recurrir a pedirle ayuda a Bush?

¿Del lado argentno, si las pasteras contaminan ¿por qué denuncian recién ahora? ¿Y por qué un Gobierno que se preocupa por la contaminación de las pasteras no se preocupa por la megaminería a cielo abierto o el fracking de Chevron?

No es concebible que dos países históricamente hermanos y con un pasado en común se vean enfrentados por una multinacional contaminante y por las estrategias de los dos gobiernos que prefieren hacer politiquería barata en vez de enfrentar los problemas reales.

Es momento de dejar de lado estas actitudes y que ambos gobiernos pidan la asistencia a investigadores independientes (argentinos, uruguayos y de otros países) para finalmente poder terminar con este tema y dejar de exponer al Río Uruguay a la contaminación.

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