martes, 10 de septiembre de 2013

Apoyar el canje de deuda es apoyar al modelo

Sectores de la oposición han celebrado el anuncio de la Presidenta de reabrir nuevamente el canje de deuda y abolir la ley cerrojo, otra vez. Pero esta postura no es ni más ni menos que apoyar al modelo.

Con el canje de deuda del 2005, apoyado por el FMI, comenzó el maquillaje. Para pagar ese canje se hizo necesario que el ANSES compre letras del Tesoro para maquillar el presupuesto. Se hizo necesario dibujar el crecimiento del PBI y la baja inflación, por lo cual en el marco de estos compromisos con la usura internacional se intervino el INDEC y se afectaron los fondos de garantía sustentable (antes es manos de las AFJP, hoy en manos del ANSES) cuyos bonos están atados a la inflación, afectando los intereses de los jubilados de hoy y del futuro.

Con el escandaloso canje del 2010 fomentado por el estudio defensor de buitres Arcadia Advisors, que fue una pantalla para el tráfico de influencias, motivo por el cual están procesados Boudou y Bossio, además de continuar con el modelo anterior (que continúa hasta hoy) se utilizaron las reservas para pagar deuda, saqueando el BCRA, subiendo aún más la inflación y poniendo en severo peligro el valor de nuestra moneda.

Todo esto sin contar con la cesión de soberanía a tribunales externos que se hizo con esos canjes y que se hará con este para los fondos buitre. Sin contar con que estos compromisos así como los que se tienen con el Club de París, el FMI y el CIADI, lejos de demostrar "desendeudamiento" demuestran que seguimos siendo colonia.

Los canjes de deuda no son medidas aisladas del Gobierno. Son la piedra fundamental del modelo kirchnerista. Apoyarlos o defenderlos es defender el proyecto K. O peor aún, asegurar su continuidad.

El grueso de la oposición lo apoyó y tiene pensado apoyarlo, siendo su mayor crítica que "llegó tarde". La única excepción es el FAP, aunque si lo hicieron sus aliados de la UCR (que ahora reculan si apoyar o abstenerse, nunca oponerse, en Diputados) y Binner ha dicho en más de una oportunidad que está dispuesto a pagar a los fondos buitre.

Una postura correcta y que responde a los intereses nacionales es, en primer lugar, sincerarse y admitir que no estamos en condiciones para pagar deuda externa. Luego de ello auditar los compromisos de deuda para desechar aquellos que son totalmente ilegítimos (refinanciamientos de la deuda de la dictadura, plata que fue fugada por empresarios, etc.) y procesar a todos aquellos funcionarios de todos los gobiernos, desde la dictadura hasta el día de hoy, que fueron cómplices en el sometimiento de la Argentina al capital internacional.

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