jueves, 12 de septiembre de 2013

Los "oligarcas" de la Historia


Ver la Historia en términos de buenos y malos es siempre un error. Pero hay algo peor aún: Meter en una misma bolsa a mucha gente dentro de esos malos (o buenos).

Cierta visión historiográfica barata pretende asumir que después de Rosas y hasta Yrigoyen la Argentina vivió en la más absoluta penumbra, que todos los gobiernos de aquel entonces eran vendepatrias y genocidas por igual, que todos eran socios y que todos seguían el mismo plan.

Dejando de lado los rasgos negativos de aquel período y los posibles rasgos positivos, no se puede tener la visión tan corta de simplificar la Historia de esa manera. Por aquellos años existían disputas internas muy fuertes.

Pongo a continuación a quizás los tres más vilipendiados por estar en billetes y por darle nombre a líneas ferroviarias metropolitanas.

Mitre representaba al sector bonaerense que quería unir a la Provincia con la Confederación y fue un fiero opositor a los gobiernos de Sarmiento y Avellaneda, siendo autor de una asonada militar durante el gobierno de este último por lo que fue preso. Su sector fue quien en 1880 se rebeló contra la federalización de Buenos Aires. Luego Mitre formaría parte de la Unión Cívica de Alem, y aún divida esta entre cívicos y radicales seguirían trabajando en conjunto.

Sarmiento nada tenía que ver con las oligarquías agroexportadoras, a quienes atacaba constantemente. Ocupó brevemente cargos bajo los gobiernos de Avellaneda y Roca pero en ambos casos se distanció por sus diferencias.

Roca le gana en las elecciones de 1880 al mitrista Carlos Tejedor y en 1904 al propio Mitre.

Por supuesto que todos estos personajes han tenido sus acuerdos (como la amnistía que Avellaneda le dio a Mitre, o el acuerdo de Roca con Mitre que dividió a la Unión Cívica), pero también sus diferencias irreconciliables. Ponerlos a todos en la misma bolsa es un grave error.

No estoy diciendo con esto que alguno fuera bueno o malo, o que alguno fuera peor que otro. Simplemente señalo que los análisis históricos deben hacerse que la complejidad que merecen. Sin divisiones entre buenos y malos, sin rejuntes arbitrarios y sobre todo comprendiendo que las simplificaciones extremas no ayudan a comprender la Historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario