Policía municipal

Al son de la campaña electoral se metió en la campaña el debate por la policía municipal. Tanto Massa como Insaurralde, junto a sus respectivas alianzas, proponen esto. Darle a los municipios una fuerza policial bajo control vecinal.

Esta medida que parece ser una panacea es en realidad tribuneo. No ataca la inseguridad ni la delincuencia.

Por un lado, ¿por qué una nueva fuerza ayudaría a solucionar la inseguridad? En Capital hay cuatro fuerzas: Federal y Metropolitana más contingentes de Prefectura y Gendarmería. En Provincia en la actualidad el trabajo de la Bonaerense se ve reforzado por estas dos últimas fuerzas. Y en ningún caso la inseguridad bajó o, en el que caso que haya bajado, no se atacaron las causas reales de la delincuencia, es decir, las bandas organizadas. Asociar fuerza nueva-más seguridad no tiene lógica.

Por otro lado, la Provincia de Buenos Aires, en especial el Conurbano, está llena de intendentes corruptos relacionados con cuanta mafia hay que también hacen de la persecución a la oposición su forma de gobierno. Tanto del lado oficialista como del lado massista.

Darles a estas personas una fuerza policial propia sería, por un lado, blanquear sus patotas y bandas armadas, y por el otro darles más armas para asegurar su poder. Es un riesgo demasiado grande.

Pero también la Bonaerense fue históricamente una de las policías más corruptas y encubridoras. Sumar otra red de corrupción sería agravar la cuestión.

Si tiene que haber un control vecinal a la seguridad que sea eso, un control por parte de los vecinos a las acciones de las fuerzas policiales con apoyo de organismos de DDHH y abogados independientes. Se debe también investigar de especial manera a las bandas organizadas con protección estatal y policial que reclutan gente para evitar que solo caigan los "perejiles", que caigan también los que están atrás.

En una Provincia con municipios con villas miseria, sin vivienda, sin agua, sin cloacas, sin electricidad, sin escuelas, sin centros sanitarios, sin asfalto y con enormes brechas entre los sectores céntricos y los marginales, destinar recursos a fuerzas policiales municipales es un desacierto enorme. Es cambiar algo para que nada cambie.