El día de ayer el presidente de Ecuador Rafael Correa se reunió con nuestra Presidenta y con boy scouts (!!) y en medio hubo tiempo para hablar del temita de Chevron. Recordemos que Chevron-Texaco enfrenta un juicio millonario en Ecuador por daño ambiental. Antes de que se firme el acuerdo por Vaca Muerta por estos lares la justicia le levantó el embargo a la compañía de Rockefeller.
En la reunión, en la que uno hubiera pensado que el presidente ecuatoriano se hubiera indignado por esta afrenta a la Patria Grande Latinoamericana de San Martín y Bolívar (de acuerdo al discurso que tanto levantan estos personajes), el presidente Correa expresó su apoyo a la Presidenta en este acuerdo y confió en que "si Cristina Fernández de Kirchner hubiera sido presidenta de Ecuador en la época en que Texaco destruyó la selva ecuatoriana, eso jamás lo hubiera permitido".
Que la inocencia le valga. Él no conocerá a este Gobierno, pero nosotros si, y la contaminación está como siempre. Y ni que hablar cuando las multinacionales son las implicadas, como con la megaminería contaminante de la Barrick Gold o el daño que provoca la soja de Cargill y Monsanto. El fracking, un método extractivo altamente peligroso, se puso en marcha y se va a seguir poniendo en marcha sin ningún estudio ambiental previo. No se en que se basará Correa para confiar, pero nosotros que si conocemos no confiamos. Igualmente quizás sus socios de la Barrick Gold le hayan contado algo.
Y es así señores, la Patria Grande será lo que será. Mucho ALBA, mucho Bolívar, mucho San Martín, mucho Unasur... pero business is business.
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