Como olvidar cuando hace un año nomás el Ministro de Educación de la Nación Alberto Sileoni decía que las tomas de escuelas en Capital Federal eran un "triunfo de la democracia". Por aquel tiempo era también el enfrentamiento. Por aquellos años el Ministro de Educación porteño Esteban Bullrich criticaba las tomas y decía que surgía de un "mal ejemplo".
Pero parece que los tiempos cambian y lo que hasta ayer era un triunfo de la democracia ahora no lo es tanto. Sileoni salió a decir que "no queremos tomas" y que busca otro tipo de soluciones, lo cual no es muy diferente a lo que Bullrich decía hasta el año pasado y que reitera este año.
Esto no asombra conociendo los orígenes de ambos ministros. El pasado de Bullrich como hombre de Macri y López Murphy nada tiene que envidiarle la pasado de Sileoni como funcionario de la Capital en años del menemismo y su posterior trabajo en el Ministerio de Educación Nacional en los 90 y más adelante en el Ministerio bonaerense en tiempo de Ruckauf.
Más allá de estar a favor o en contra de estas tomas, ya sea por las razones de la protesta o por el método en si, esta clase de cambios de discurso oficiales sirven como botón de muestra de la matriz demagógica y oportunista del Gobierno Nacional.
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