Los cambios recientes en el régimen de monotributo son a todas luces positivas. Pero al mismo tiempo necesarias y casi obligatorias.
No pretenderán que nadie les agradezca por esto. Es una actualización que era totalmente necesaria siendo que las tasas anteriores que no se actualizaban hace tres años eran ridículas y poco realistas. El Gobierno con estas medidas termina reconociendo lo que niega en sus estadísticas: La inflación.
Por otro lado, aunque sea algo positivo, no es una mejora estrictamente hablando. Es una actualización acorde con la suba de precios de los últimos años. Es una mejora en lo inmediato, claro, pero no es un cambio sustancial.
Como con el tema del impuesto a las ganancias el oficialismo pretende convertir en un logro cuestiones que ameritaban un cambio urgente por la fuerza de las circunstancias (y no me refiero al resultado de las PASO). Si por el contrario estuvieran trabajando en una reforma impositiva total sería otra cosa, pero en ninguno de estos casos hablamos de beneficios, sino de actualizaciones que tienen un efecto positivo inmediato pero a la larga no reportarán mejoras más profundas.
Otra muestra más de la demagogia y la improvisación del Gobierno que para actualizar impuestos y reconocer la inflación tiene que perder una elección y reunirse con empresarios.
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