miércoles, 25 de septiembre de 2013

La farandulización al poder


Mucho se criticó la farandulización de la política en los 90, la frivolidad, la pizza con champagne y las fotos cholulas del Presidente con los famosos. Pero a 14 años de terminada aquella década infame no nos encontramos en una situación mucho mejor.

Casualidad o no, la televisión tinellizada que debate constantemente sobre lo que pasa en el Bailando (o lo que sea -ando) nació en esta década. En estos diez años también se acabó el humor político en la televisión.

La farandulización del kirchnerismo podría parecer algo actual, pero no es algo que haya nacido hoy. ¿Acaso cuando la Presidenta preside actos rodeada de actores, cantantes y conductores no es farandulización también? ¿No es acaso una manera de frivolizar la política? ¿No es farandulización tener productoras televisivas que reciben subsidios millonarios? El Gobierno es el Gobierno de los famosos. Famosos clase A si se quiere (no mediáticos de moda) pero todos ellos colaboraron con el "modelo" diseminándolo por las pantallas de televisión.

El reciente blanqueo del noviazgo de Jesica Cirio con Insaurralde es otra muestra clara de esta farandulización. Ya el año pasado el Intendente de Lomas en el programa de Tinelli fue relacionado con Florencia Peña. Este año, con una elección cerca, se duplicó la apuesta.

Pero el caso de farandulización más evidente y explícito ocurre con la ruta del Dinero K. La relación entre Karina Jelinek y Leonardo Fariña y sus ires y venires con otras parejas son reflejadas por los medios para reducir todo a una simple cuestión mediática. Una de la cosas que se le criticó al menemismo fue el uso de la farándula para ocultar la verdadera cara de la realidad.

En este caso el escándalo Fariña-Jelinek oculta nada más y nada menos que una red de lavado dinero de los sobreprecios de la obra pública que involucra empresarios, ministros y a un ex-presidente. Oculta también el encubrimiento y la lentitud de la justicia oficialista para tratar este tema. El objetivo es muy evidente: Que todo este quede en el olvido y solo quede como una divertida anécdota.

La solución: Cambiar de canal. Y no dejarse llevar por el juego mediático.

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