martes, 3 de septiembre de 2013

¿Es cierto que La Nación justifica el golpe del 55?


Me enteré que todo el periodismo nac and pop está a full con el artículo que salió en La Nación el día de ayer. Acusan al diario fundado por Mitre de justificar el golpe de la Fusiladora y de querer otro golpe hoy en día.

Dejando de lado la gran trascendencia que tiene este hecho, dado que los artículos sin firma de La Nación determinan la seguridad, la salud, la educación pública y la vivienda, y dejando de lado también la acusación de "balas de tinta" (que no son de plomo, como las que mataron a Mariano Ferreyra, a los qom en Formosa o las que intentaron hacerlo en Neuquén la semana pasada) voy a analizar las afirmaciones sobre el golpe del 55. Como aficionado a la Historia y lector de varios libros de Historia argentina voy a emitir mi opinión.

Dice La Nación: Ni las balas de plomo derrocaron a al general Juan Domingo Perón, ni existen balas de tinta, ni, en caso de existir, podrían destituir gobiernos. Perón no cayó por obra de las armas que alzó la Revolución Libertadora en 1955. Cayó, básicamente, porque su régimen se había agotado y abundaban los escándalos y las burdas muestras de autoritarismo.

En primer lugar no creo que justifique la Libertadora (más allá de que seguramente al escritor y lector promedio de La Nación le encante hacerlo). En todo caso la relativiza y la minimiza.

Ahora bien, la afirmación es engañosa y verdadera a medias. Si es verdad que por aquellos años el modelo estaba agotado. Económicamente no daba para más, había un mayor nivel de conflictividad social y el gobierno debió tomar medidas contrarias a su esencia ideológica (como el contrato con la Standard Oil). El enfrentamiento con la iglesia fue otro factor que ayudó a aglutinar la oposición.

Pero no es correcto darle un lugar secundaria al golpe del 55. Al sacar a Perón apresuradamente del poder contribuyó a crear el mito y selló la política argentina hasta el día de hoy. El modelo se estaba agotando, pero no llegó a agotarse totalmente como para que Perón caiga solo (sea por una derrota en las urnas o por una revuelta popular). Más bien todo lo contrario, el modelo se estaba agotando, pero gracias a que los golpistas lo sacaron del poder los sectores populares lo empezaron a pedir de vuelta.

Por lo tanto, la afirmación de La Nación es incorrecta y mal intencionada. Pero no por eso deja de tener algo de razón al señalar que el modelo peronista se estaba agotando.

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