viernes, 27 de septiembre de 2013

La cuestión de las tomas


Como todos los años el tema de la tomas de colegios secundarios en la Capital ocupa las primeras planas de los diarios y mucho tiempo en los noticieros. El debate es el de siempre: ¿Son las tomas un método válido de protesta?

Antes de emitir opinión al respecto conviene recordar que es lo que están reclamando estos muchachos.

Protestan contra la última reforma educativa del Gobierno porteño que recibe el nombre de "Nueva Escuela Secundaria de Calidad". Esta reforma quitaría una gran cantidad de orientaciones, recortaría materias en los años superiores (Historia, Filosofía y Geografía), degrada títulos (se cambian títulos como perito mercantil por "bachilleratos con orientación en") y se obliga a los estudiantes de escuelas técnicas a trabajar en negro 200 horas.

Con la eliminación de materias y la degradación de títulos se busca que quienes se egresen tengan bachilleratos sin salida laboral y que deban ocuparse ellos de terminar su formación. La educación privada de parabienes.

Esta reforma está a tono con la lógica del Gobierno Nacional de atacar la educación pública. De hecho el Ministro Sileoni no critica la medida, sino que critica haberla adelantado. Además tanto él como su par porteño Bullrich expresaron su rechazo tajante a las tomas.

Siendo que el tema de fondo es algo tan importante y fundamental en la vida sociopolítica del país como la educación debatir sobre las tomas o sobre los destrozos en la iglesia (cosa repudiable) es algo anecdótico y pasajero.

Estar de acuerdo o no con las tomas es algo banal y contingente. Lo importante es debatir el presente y el futuro de la educación.

De todas manera, a nivel personal, opino que las tomas deben ser siempre un último recurso después de realizar todo tipo de marchas y manifestaciones. Y creo también que, en la medida de los posible, hay que evitarlas, para no darle lugar a los buitres mediáticos de siempre para que distraigan con debates inútiles. Aunque también se entiende que deban recurrir a eso ante la intransigencia gubernamental.

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